El arte de servir el vino permite mantener sus cualidades y causar una buena impresión a los invitados. Este artículo pretende ser una guía simple e inteligente para servir correctamente una buena copa de vino. El servicio ideal requiere que el vino se sirva a la temperatura adecuada y se mantenga en la mesa o en un cubo de hielo según el tipo.
Encontrarás consejos, sugerencias y trucos útiles para servir una buena copa de vino de manera impecable.
La Mise en Place: sin dudas
La mise en place es lo primero que notan los invitados: una mesa bien organizada comunica cuidado y añade sofisticación. Pero, ¿sabes qué copas usar y, sobre todo, dónde colocarlas?
- Los Tintos Importantes requieren una copa grande y abombada para favorecer la oxigenación.
- Los Tintos Jóvenes se sirven en una copa más vertical, que concentra los aromas frutales.
- Los Blancos y Rosados son ideales en copas tipo tulipán, elegantes y perfectas para resaltar frescura y aromas.
- Los Espumosos se disfrutan mejor en flauta o copa tulipán para preservar las burbujas y dirigir los aromas hacia la nariz.
Dónde colocar las copas
Las copas deben colocarse a la derecha del plato, generalmente de mayor a menor, según la secuencia de vinos servidos. Por ejemplo, si la cena incluye varios vinos, se puede crear un orden: tinto, blanco, espumoso, postre.
La temperatura perfecta para cada tipo de Vino
La temperatura es un factor clave para servir correctamente un vino. Cada vino tiene características específicas que requieren temperaturas diferentes:
- Vinos blancos ligeros y frescos como Pinot Grigio, Sauvignon Blanc, Vermentino a 8–10°C;
- Vinos blancos estructurados como Chardonnay barricado, Fiano o Viognier, y rosados a 10–12°C;
- Espumosos deben servirse muy fríos, alrededor de 6–8°C, como Prosecco, Champagne, Franciacorta;
- Tintos jóvenes y afrutados como Barbera, Dolcetto, Valpolicella a 12–14°C;
- Tintos estructurados y añejos requieren temperaturas más altas de aproximadamente 16–18°C, como Barolo, Brunello, Amarone.
Consejos Antes del Servicio
Antes de servir un vino, es fundamental comprobar que haya alcanzado la temperatura ideal. Los vinos añejos se benefician de algo de oxigenación: abrir la botella con una hora de anticipación o decantar su contenido puede ayudar a resaltar sus aromas complejos.
En cuanto a los espumosos, sin prisas: si se han conservado en posición horizontal, es preferible dejarlos reposar verticalmente al menos 15 minutos antes de descorchar, para evitar una efervescencia excesiva al servir.
Qué hacer después de servir el Vino en la mesa
Una vez servido, a menudo surge la pregunta de cómo o dónde colocar el vino durante un almuerzo o cena. Este detalle no debe descuidarse, pues ayuda a mantener la temperatura ideal del vino y a seguir disfrutándolo plenamente.
Vinos Blancos y Rosados
Como vimos, los blancos y rosados rinden mejor bien frescos, por lo que lo ideal es mantenerlos en un cubo con hielo y agua para conservar su vivacidad durante toda la comida.
Vinos Tintos
Los tintos, en general, requieren temperaturas más altas para expresar mejor sus características y pueden permanecer tranquilamente en la mesa.
Espumosos
Los espumosos – champán y similares – deben servirse bien fríos y conservarse en cubo de hielo para mantener su efervescencia.
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